El Proceso de Preservación, Desarrollo y Difusión de la Cultura del Sistema

El proceso de preservación, desarrollo y difusión de la cultura de los sistemas educadores constituye el objeto de estudio de la Cibernética Educativa, por tal proceso se entiende a una sucesión progresiva de estados por los que va pasando la cultura (contenido) heredado ? adaptada propia del sistema, tomándose como método a la forma o vía mediante la cual un estado de cultura se transforma en el siguiente, todo esto bajo la aspiración de que la sucesión que representa dicho proceso, converja hacia un estado de cultura deseado llamado objetivo, en el cual a de conservarse la identidad del sistema, adaptándolo a las condiciones internas y contextuales prevalecientes.

En el proceso de preservación, desarrollo y difusión de la cultura se involucran, entre otras, las siguientes contradicciones fundamentales:

·         Homeostasis v/s entropía. (Ley de unidad y lucha de contrarios). Si bien la estructura vela por mantener el orden y la integridad del sistema, existen procesos paralelos que constantemente influyen sobre el sistema provocándole el deterioro.

·         Cultura tangible v/s cultura intangible (forma y contenido). (Ley de saltos cuantitativos a cualitativos y viceversa) El carácter dinámico de la cultura tangible provoca en esta cambios sistemáticos, de manera que cuando estos cambios rebasan una determinada medida, se produce una falta de correspondencia entre el nuevo contenido y la vieja forma, creándose una crisis en el sistema que induce su transformación o paso a un nuevo estado.

·         Preservar v/s desarrollar. (Ley de la negación de la negación) El sistema a de preservar lo positivo y transformar sus partes débiles, o sea que debe realizar negaciones dialécticas para pasar de un estado al siguiente.

·         Contradicción entre el sujeto difusor y el sujeto hacia el que se realiza la difusión.

Condiciones que generan la dinámica del proceso:

A pesar de que se han tratado con anterioridad algunas de las contradicciones que enfrenta constantemente un sistema, surge la interrogante de cuales son las condiciones que obligan al sistema a la transformación permanente de cualquier estado en que se encuentre:

1.    La cultura del sistema debe garantizarle a éste la supervivencia inmediata.

2.    La cultura del sistema debe garantizarle éste la supervivencia, al menos en un futuro mediato.

3.    La cultura del sistema debe proyectarlo a establecer relaciones de pertenencias significativas con los principales suprasistemas que lo contienen. Para ello la cultura del sistema debe compatibilizar con las culturas propias de los suprasistemas referidos. (El sistema se proyecta hacia los suprasistemas)

4.    La cultura del sistema debe dotar a éste de la inteligencia necesaria para preservar desarrollar y difundir su identidad.

5.    Las culturas propias de cada suprasistema con los que el sistema establece relaciones de pertenencia actúa como una fuerza reguladora en la evolución de la cultura de cada sistema que lo compone. Los suprasistemas deben evaluar las transformaciones producidas en la cultura del sistema producto de su actividad.

Si bien es cierto que los representantes del sistema deben abrazar la misión del mismo, también es necesario expresar que es extremadamente complicada la elección de comportamiento adecuado por parte de un representante, esto se debe, entre otras cosas, al carácter contradictorio de las culturas pertenecientes a los diferentes suprasistemas con los que el sistema establece relaciones de pertenencia. El comportamiento que favorece el cumplimiento de la misión de alguno de los suprasistemas no tiene obligatoriamente que favorecer a las misiones de los restantes suprasistemas. Por otro lado, se hace muy difícil desentrañar los propósitos reales perseguidos por el sistema en general y por su inteligencia en lo particular. Esta última ha mostrado capacidad para elaborar estrategias con un elevado nivel de complejidad que frecuentemente rebasan los límites de la inteligencia humana. El hombre ha tenido que admitir que la naturaleza con frecuencia actúa como un contrincante en un juego, de manera que debe tomar decisiones sin conocer con certeza el plan que persigue el contrario, de ahí que se haya elaborado toda una teoría, Teoría de Juegos , que oriente el hombre a tomar decisiones en condiciones de alta incertidumbre.

Encontrar el camino correcto, o sea el camino que favorezca al cumplimiento de las misiones de los suprasistemas que representamos es complicado en extremo. Los sistemas educadores enfrentan esta situación contando con los recursos derivados de cultura intangible tanto propia como las pertenecientes a los suprasistemas que lo contienen como representante. Con frecuencia ocurre que comportamientos aparentemente correctos según el razonamiento humano resultan ser, a largo plazo, adversos para la causa del sistema.

En otras ocasiones el sistema exhibe comportamientos inexplicables para la razón humana, dado que se le hace imposible descifrar el plan estratégico elaborado por el sistema para dar solución a algún problema específico y por consiguiente se hace, en principio, imposible descifrar los momentos tácticos manifiestos en el comportamiento del sistema.

Incluso en los sistemas conformados por el hombre es muy complicado entender el por qué en muchas ocasiones personas buenas son mal retribuidas por el sistema, o mejor dicho, por la "suerte" en tanto que ésta favorece a otras personas que aparentemente no se lo merecen.

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